Hoy reflexionamos sobre la importancia del juego libre en la vida de los niños y niñas y su gran valor educativo. Sabíais que 28 de mayo es el ¿Día Internacional del Juego? El juego libre y espontáneo es un Derecho de los Niños y Niñas, deberían ser la actividad prioritaria en su día a día. Todos los niños y niñas del mundo sea cual sea su situación, vivan donde vivan, lo que hacen de forma innata es jugar. Cada niño o niña o grupo de niños/as, si los adultos/as les dejamos margen, van encontrando el momento y el tiempo que necesita para jugar sin ningún objetivo. Y mientras juegan, aprenden, experimentan con los límites de su cuerpo, descubren el mundo y practican habilidades sociales. El juego libre y espontáneo es especialmente importante en la etapa de los 0 a los 6 años, en que el descubrimiento de las capacidades del propio cuerpo a través de la experimentación y la manipulación libres son esenciales para un buen desarrollo. Los niños y niñas nacen con la capacidad innata de jugar libremente, pero para conseguir que tengan este espacio de libertad, las personas adultas nos tenemos que relajar y confiar: dejemos que se ensucien, que se embarren, que rueden por los diferentes suelos de diferentes texturas, que suban a los troncos de árboles, que jueguen bajo la lluvia (si es necesario con impermeable), … Cambiemos el chip y demos prioridad al juego libre en sus actividades cotidianas, sin agobiar con los horarios y ritmos impuestos por los adultos. Necesitan tiempo y espacios estimulantes para jugar. Salimos a la naturaleza y dejemos que exploren sin ningún objetivo. No digamos nada, observemos en silencio y descubramos la magia del juego que aflora des de las profundidades del niño/a. Cuando entren en un episodio de juego libre es como si estuvieran en una burbuja atemporal y aislada del mundo exterior. Están en el juego y en ningún sitio más. Son plenamente presentes en lo que hacen. Y solo así obtienen todos los beneficios del juego libre. Respetemos esta burbuja y evitemos romperla con órdenes del tipo: ponte la chaqueta, nos vamos en diez minutos, cuidado no te ensucies… no sirven de nada y lo único que conseguimos es nuestra propia irritación. Los adultos ponemos demasiadas palabras y ojos sobre los niños/as. Sin darnos cuenta, con solo un comentario, estamos dirigiendo el juego y rompiendo esta burbuja mágica. Hoy recordamos el valor educativo del juego libre. Para favorecerlo debemos relajarnos, hacer silencio y observar, solo así surgirá la esencia de cada niño o niña. Share on X
«El verbo jugar solo se conjuga con el verbo dejar» Francesco Tonucci
Los niños y niñas que están acostumbrados a vivir en un ambiente de sobreprotección, con muchas normas y un ritmo intenso de actividades dirigidas podrían ir perdiendo la capacidad de hacer juego libre. Por esta razón es importante que todas las actividades de tiempo libre organizadas, incluyan un tiempo prioritario dedicado al juego libre. En los casales, colonias, esplai, en el tiempo educativo del mediodía, en los espacios familiares y hasta en las extraescolares… respetar y priorizar los ratos de juego libre es esencial para desarrollar adecuadamente nuestra función educativa. Recordando también, que el juego libre, no dirigido por los adultos, más puro es el que no precisa de grandes cosas materiales, ya que la ausencia de estos materiales estimula más la imaginación y la creatividad. Los entornos naturales, por lo tanto, ofrecen un espacio idóneo para estimular el juego libre. ¡Disfrutemos de la naturaleza jugando!
Beneficios del juego libre
- Es una gran fuente de disfrute y felicidad
- Estimula la creatividad y la imaginación
- Favorece la autonomía
- Contribuye a saber gestionar los espacios de libertad
- Es un medio para la expresión y canalización de sentimientos y emociones
- Ayuda a desarrollar la psicomotricidad
- Enriquece el desarrollo cognitivo
- Es una gran fuente de aprendizaje
- Favorece la cohesión de grupo (si es en grupo)
- Aumenta las capacidades sociales (si es en grupo)
- Estimula la curiosidad y la experimentación
- Fortalece la autoestima
«Todos los aprendizajes más importantes de la vida se hacen jugando en la primera etapa de vida (de 0 a 6 años)» Francesco Tonucci
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