Hablar de movimiento implica hablar de libertad, y es que cuando nos podemos mover tranquilamente y sin prejuicio por un espacio, ya sea saltando, con pasos pequeños, arrastrándonos, gateando, bailando, corriendo o simplemente caminando, podemos afirmar que nuestro movimiento es libre. Este movimiento libre es una parte muy importante en el desarrollo natural de los bebés y los niños/as de hasta 3 años, que descubren con cada gesto nuevos horizontes.
El desarrollo motor de los niños y niñas es importante , no sólo a nivel físico, sino también a nivel psicológico, emocional y social, todos estos ámbitos van estrechamente ligados y permiten el desarrollo integral del niño/a.
LA IMPORTANCIA DEL MOVIMIENTO LIBRE
Durante la pequeña infancia, de los 0 a los 3 años, el cuerpo de los niños y niñas habla por sí solo y es a partir de los movimientos que empiezan a aprender y a desarrollar su parte más cognitiva y emocional, porque cuerpo y mente van completamente ligados. Es importante destacar que cada niño/a tiene un ritmo de desarrollo propio , y que por tanto, cada uno aprenderá a rodar, arrastrarse, gatear, sentarse, andar, saltar y correr en un momento diferente.
Emmi Pikler , pediatra húngara de referencia, decía que los niños y niñas deben tener la libertad para moverse y jugar a su propio ritmo, y que tienen la capacidad de desarrollar las habilidades cuando están suficientemente preparados para hacerlo, sin que el adulto/a haya de intervenir. Para ello se necesita un espacio libre y de confianza. Poco a poco, los bebés llegan a alcanzar las posturas básicas solos.
Así pues entendemos que los niños/as deben tener un entorno seguro y de confianza para poder moverse libremente y jugar de forma autónoma y libre. Todo esto les proporcionará la oportunidad de desarrollarse de forma integral, expresarse, descubrir, observar, disfrutar y crecer.
LA PSICOMOTRICIDAD EN LA PEQUEÑA INFANCIA
Entendemos la psicomotricidad como la relación que existe entre la actividad motora del cuerpo y el desarrollo emocional y cognitivo. De este modo, entendemos que el concepto de psicomotricidad está directamente relacionado con el desarrollo psicológico del niño/a, y este desarrollo se produce a través de la interacción activa del niño/a con el medio que le rodea, un proceso que va del conocimiento y control del propio cuerpo y llega hasta el conocimiento y la acción sobre el mundo que le rodea (Garcia Martínez, 1994).
La psicomotricidad permite a los niños y niñas aprender, expresarse, desarrollar su vertiente cognitiva y emocional, así como la socialización con los demás. Por este motivo es importante que dejemos que los niños/as se muevan y tengan herramientas que potencien su desarrollo.
LA IMPORTANCIA DEL ESPACIO
En los espacios educativos para la pequeña infancia como son las «escoles bressol» o los espacios familiares , se potencia mucho que los espacios estén preparados para el movimiento libre y, por tanto, para desarrollar la psicomotricidad de los niños/as, siempre respetando las fases de desarrollo natural de cada bebé.
Para que el movimiento se dé de forma segura y tranquila , los niños y niñas necesitan un espacio que propicie esta sensación, que les transmita bienestar . El diseño de los espacios influye directamente en cómo interactúan los niños, tanto de forma individual como la relación con las demás personas y los materiales, es por este motivo que lo ideal sería poder tener un espacio con ciertas características: luz natural, muebles seguros, materiales naturales, colores claros y cálidos, organización y orden, almohadas, alfombras, texturas diferentes,…
IDEAS PARA TRABAJAR EL MOVIMIENTO Y LA PSICOMOTRICIDAD
Los niños y niñas fácilmente encuentran herramientas y recursos en cualquier elemento , y este hecho es ideal para que se muevan y desarrollen su psicomotricidad. A continuación te damos algunas ideas que propician la psicomotricidad de los niños/as, siempre teniendo en cuenta la idea de potenciar el movimiento libre y las necesidades y posibilidades de cada niño/a. Es importante respetar los ritmos de cada bebé y que lleven ropa y zapatos que faciliten el movimiento libre: darse la vuelta, arrastrarse, gatear, doblar las rodillas, abrir piernas y brazos con libertad,… los pies descalzos o las zapatillas blandas antideslizantes en invierno son los mejores zapatos para favorecer el movimiento libre y el desarrollo motor.
¡Ya ves que muchas de estas actividades son cosas que hacen los niños y niñas ya hacen sin pensar en ello, y es que no se necesitan muchos elementos para que los bebés y niños/as más pequeños se muevan! ¡Solo hace falta que aprovechemos todo lo que nos aporta la naturaleza, objetos cotidianos o materiales más concretos! Es muy beneficioso que los niños/as jueguen y experimenten con muchas texturas diferentes, tanto con las manos como texturas por las que caminar como: césped, arena, piedras, grava, madera, baldosas… Favorecer el movimiento en diferentes texturas permitirá a los bebés experimentar y adquirir nuevas sensaciones y habilidades.
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