Hablamos de las educadoras y educadores de soporte escolar, aquellas personas que apoyan al alumnado con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (NEAE), fomentando su participación activa y su autonomía. Son aquellas personas que acompañan y cuidan a los niños, niñas y adolescentes con necesidades especiales durante las horas escolares lectivas y también las de acogida o el tiempo educativo del mediodía, trabajando por su inclusión y bienestar. Se convierten, pues, en personas con un papel muy importante para estos niños y niñas, porque les acompañan durante su aprendizaje escolar y les facilitan su día a día.

¿QUÉ HACEN LAS EDUCADORAS DE SOPORTE ESCOLAR?

Las tareas que llevan a cabo las personas educadoras de soporte escolar son muy diversas, y es que se adaptan a las necesidades de cada niño o niña, porque no debemos olvidar que cada niño/a es único y, por tanto, sus capacidades también lo son. La tarea principal de las educadoras de soporte es acompañar a la niña o al niño y fomentar su máxima participación y autonomía durante las horas de atención.

Contar con el apoyo de una persona educadora de soporte permite al niño o niña sentirse parte del grupo, participar de forma más activa de las actividades y de la interacción con el resto de compañeros y compañeras, poder realizar acciones que de forma individual sería más difícil así como acompañar en la gestión de sus emociones y la comunicación con el resto. En definitiva, se convierten en pieza fundamental para los niños y niñas.

La tarea de acompañamiento de las educadoras de soporte va de la mano de la tarea educativa que realiza el resto de personal docente del centro: profesorado, equipos psicopedagógicos, logopedas, personal de secretaría o el personal de cocina de la escuela, por ejemplo. Todos y cada uno de ellos forman parte del día a día de niños/as con necesidades educativas especiales y deben estar formados para poder atenderle de forma adecuada. De ahí que todas las personas que desempeñan el rol de educador/a de soporte deben formarse y obtener el título de educador/a de soporte escolar.

¿CUÁLES SON LAS FUNCIONES DE UNA EDUCADORA DE SOPORTE?

Entre todas las funciones que un educador de soporte o educadora realiza en su día a día, existen ciertos ámbitos de actuación que destacan de entre sus tareas:

CAST_Àmbits d’actuació d’una persona vetlladora

Las personas educadoras de soporte actúan en muchos ámbitos y destacan los siguientes:

  • Higiene : hablamos del acompañamiento del niño o niña en los momentos de higiene como los desplazamientos al lavabo, los cambios de ropa, la limpieza de manos o la limpieza de prótesis, entre otros, siempre que la persona no tenga la autonomía suficiente para realizar estas acciones.
  • Movilidad: se realizan acompañamientos en los desplazamientos para niñas y niños con movilidad reducida, ya sea en la misma aula, dentro del centro o en salidas de carácter escolar.
  • Conducta: se convierte en un agente de prevención frente a niños y niñas con conductas disruptivas, teniendo en cuenta los factores de riesgo y de protección según cada una de las situaciones. Asimismo, interviene apoyando al alumno en sus habilidades sociales para relacionarse con sus compañeros y compañeras, potenciando las habilidades comunicativas y de interlocución.
  • Salud y seguridad: apoya a aquellos niños o niñas que deben controlar su propia seguridad y regular de forma adecuada su conducta. Gracias a ello se potencia su participación autónoma en las actividades de la escuela junto al resto de compañeros y compañeras.

LA OPINIÓN DE LAS PROFESIONALES

Hemos podido hablar con 3 personas vinculadas al mundo de la educación: una educadora de soporte, una directora de escuela y una formadora de personas educadoras de soporte. Estas personas nos han hecho ver su punto de vista y su experiencia con el mundo de las educadoras de soporte y la tarea que realizan con los niños y niñas. Todas están completamente de acuerdo con que el apoyo que hacen con los niños/as con NEAE es clave para su bienestar. Además, el vínculo entre veladora-niño/a es uno de los factores más importantes para que este acompañamiento sea positivo y viable.

Queremos agradecer los testimonios de Irene Salmerón Sánchez, educadora de soporte de la Escuela Agnès de Sitges, de Vinyet Llamas, directora de la Escuela Agnès de Sitges y de Susana Calero Blázquez, pedagoga y docente del curso de educadores de soporte de Fundesplai, así como de Alba Rodríguez que nos ha hecho de nexo con las testigos.

Irene Salmeron

by Eucadora de soporte escolar en la Escuela Agnès de Sitges

Mi hermana es educadora y me comentó que podía ser educadora de soporte con el título de monitora de tiempo libre, empecé a formarme en Fundesplai con el curso de educadora de soporte, de TDAH y de TEA, para poder aplicar los conocimientos en el trabajo, y ahora ya llevo 4 o 5 años trabajando.

Aparte del acompañamiento del niño con quien estoy, es el hecho de inculcar a los compañeros/as que , a pesar de las dificultades, es un niño más en el aula , estoy contenta porque he conseguido esta inclusión en la clase . Acompaño a un niño TEA sin comunicación verbal que no domina la lengua de signos y tampoco los pictogramas, es difícil saber qué necesita. Llevamos desde 3º de primaria a 6º y me dicen «tú la entiendes» porque con una mirada ya sé qué quiere , «ir al baño, comer no me encuentro bien, quiero descansar» el nivel de confianza con un gesto y una mirada es muy fácil.

Me encanta el vínculo que llegas a coger con el niño, si no hubiera trabajado en esto, no tendría la madurez que tengo ahora, porque ya soy una persona empática, pero ahora más. Este desprecio que hay hacia los niños/as con TEA o TDAH y que les intentan apartar para que no perjudique la clase, pues tengamos en cuenta que hace 4 años no podía estar en clase y ahora puede hacerlo una hora sin problema.

Sentirse parte del equipo depende del año y del equipo del claustro. Al inicio sí me sentía parte del claustro, pero cuando recortan horas y no vienes tanto a la escuela, el vínculo es difícil. Estos dos últimos años sí me siento más parte del equipo y hay muy buena comunicación y me tienen en cuenta.

El vínculo con el niño es muy emocional porque son personas que necesitan cariño y sentirse parte de un grupo. Cambiar el referente de las educadoras (que cambian de un año para otro) o las educadoras de soporte (que nos recortan horas) no ayuda, al final tener unas rutinas y unas pautas con unas personas, volverlas a hacer de nuevo, pierdes un trimestre por recuperar este nuevo vínculo.

A una persona que quiera ser educadora de soporte, que no tenga miedo, trabajar con estos niños es duro, pero es un aprendizaje personal tan bueno. Que tengan paciencia, porque si no, no lo consigues, llevar a 1 o 2 niños no es fácil, hace falta paciencia y pasarlo bien. Hay que trabajar y hacer que el niño o la niña se integre en el grupo y lo pase bien. Si lo consigues, lo tienes todo hecho.

Irene Salmerón Sánchez

Educadora de soporte escolar de la escuela Agnès de Sitges

El papel de las personas educadoras de soporte en nuestro centro es muy importante porque están a cargo de unos alumnos con necesidades muy concretas y que necesitan de un apoyo concreto. En nuestra escuela la persona de soporte no se considera una persona más del equipo, sino que es una persona más del equipo educativo, son una pieza clave en el día a día y en la vida de los niños y niñas.

Según nuestra experiencia, poder disponer de la ayuda de las dos educadoras de soporte que actualmente tenemos es importante para que colaboren, participen en el día a día del aula y sobre todo ayuden y apoyen a los niños/as con necesidades educativas especiales. Pero también es cierto que actualmente, con el número de educadoras de soporte de las que disponemos y las horas de atención que tienen no es suficiente para poder atender de forma completa, y todo esto no cambiará hasta que no lo haga también el punto de vista que tiene el departamento.

Si pudiera pedir cómo mejorar el servicio de las educadoras de soporte, empezaría mejorando sus condiciones laborales y salariales, valorándolas de acuerdo con su trabajo y responsabilidad, así como también haría que formaran parte de la plantilla fija del centro, lo que facilitaría y mejoraría su gestión y el papel que tienen.

A veces la figura de la persona de soporte no está muy clara para las familias, aunque depende de cada caso evidentemente, a veces nos encontramos con que no saben cuál es el papel de la educadora de soporte en el centro.

Vinyet Llamas

Directora Escuela Agnès de Sitges

Velar para que los niños y niñas sean acompañados durante su proceso de aprendizaje y sean partícipes de las actividades que se realizan dentro del grupo-clase es una tarea que realiza el educador o educadora de soporte. No sólo tienen presencia en la educación formal, sino que también en la educación no formal, también están presentes a lo largo de los días.

Si partimos de la base de que toda escuela debe ser inclusiva y que debe integrar a todos los niños/as, ya sea por algún tipo de enfermedad, por diversidad funcional, por las diferentes patologías que existen o por el nivel socioeconómico que tienen, todo centro educativo debe tener una programación de actividades donde los niños y niñas con diversidad funcional puedan disfrutar de éstas y vivir su cohesión con el resto de grupo de forma conjunta. La necesidad de que las niñas y los niños con necesidades especiales tengan una persona que les acompañe en su proceso de aprendizaje es fundamental, ya que de esta manera, pueden y deben participar en todas las actividades que el centro educativo propone, sin dejar de lado a ningún niño/a, potenciando, en todo momento, las capacidades de cada una de ellas.

En esta tarea, es clave la figura del educador/a de soporte para que el modelo de escuela inclusiva que queremos tenga sentido, garantizando la igualdad de oportunidades y la participación de los niños con NEE.

Toda persona que quiera realizar la tarea de educador/a de soporte realizará unas funciones clave, desde apoyar al equipo de maestros en el aula, velar para que los niños y niñas tengan unos hábitos de la vida cotidiana donde se incluyan higiene personal, postural, la comunicación entre iguales o, incluso, que puedan interactuar entre sus iguales. Las relaciones afectivo-emocionales que se puedan crear entre educador/a y niño/a serán claves para un bienestar diario.

La educadora de soporte es un referente para el alumnado con NEE y, por tanto, todo cambio puede generar un paso atrás interfiriendo en el aprendizaje. Es importante que docente, monitor/a de apoyo y familia estén conectadas, informadas y se genere una labor conjunta para un buen aprendizaje y una buena vida saludable.

Susana Calero Blázquez

Pedagoga especializada en Pedagogía Terapéutica y docente del curso de personas veladoras de Fundesplai

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