El patio de la escuela es el espacio de juego principal que tienen las niñas y los niños durante la jornada escolar, tanto en el rato de patio de la mañana , en el tiempo educativo del mediodía o por la tarde en escuelas que tienen patios abiertos y dinamizados.
Hoy analizamos 9 pilares del potencial educativo del juego que se desarrolla en este espacio tan importante en la vida de los niños y niñas.
1. Jugar es una necesidad y un derecho
El juego es un derecho fundamental para los niños y niñas (Artículo 31 de la Convención de los Derechos de la Infancia), y considerarlo como tal abre una nueva perspectiva que le confiere valor y reconocimiento.
Esto tiene implicaciones importantes para los adultos, ya que supone asumir la responsabilidad de velar por que el niño disfrute plenamente de este derecho . Debemos garantizar que los niños jueguen y velar por que las condiciones de juego sean óptimas. Por tanto, debemos asegurar que los entornos de juego habituales como el patio de la escuela ofrezcan seguridad y estímulo para el juego y la creatividad.
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2. A través del juego los niños/as interpretan el mundo
A través del juego, las niñas y los niños inventan y descubren el mundo con espontaneidad, desinhibición, creatividad y curiosidad. Se relacionan con el entorno de forma abierta y profunda para interpretarlo y reinterpretarlo asimilando las normas que lo rigen y descubriendo sus maravillas.
Esto hace que las experiencias de juego se vuelvan significativas y favorezcan aprendizajes esenciales en la vida de los niños. Por tanto, cuanto más diverso y natural sea el patio de la escuela, más posibilidades de aprendizaje tendrán.
Jugar para un niño o niña es la posibilidad de recortar un trocito del mundo y manipularlo . Francesco Tonucci.
3. La repetición y el error son esenciales en el juego
Pero el juego no está estático, sino dinámico y repetitivo. Los niños y niñas juegan por practicar repetidamente diversas competencias, explorar nuevas posibilidades, revisar hipótesis y descubrir nuevos retos. Esta repetición permite integrar y consolidar aprendizajes. Sin embargo, tal y como dice Tonucci, el juego necesita variedad de entornos para hacerlo más rico y por tanto, debemos asegurar que el patio de la escuela ofrezca entornos diversos y estimulantes que incrementen la curiosidad de los niños y provoquen su capacidad creativa.
Además, cuando los niños y niñas juegan se equivocan y no ocurre nada. Cuando hay margen de error, se crea un espacio de confianza y seguridad. Pueden repetirlo de nuevo y mejorar el aprendizaje. La dificultad se vive como un reto. Esto entrena, por tanto, el músculo de la superación.
4. El juego es interactivo y moviliza todo tipo de competencias básicas
El juego potencia las relaciones entre los niños/as. A menudo, en las escuelas queda claro que el principal momento de interacción, relación y desarrollo de las competencias sociales, entre otros, es durante el rato de patio.
A través del juego se practican y se integran:
- Competencias comunicativas : por ejemplo saber explicar el juego estimula las habilidades de liderazgo y cooperación, el diálogo, el respeto,…
- Competencias sociales : aprender a ganar y aprender a perder, por ejemplo, la empatía, la solidaridad,…
- Competencias cognitivas : pensar en una estrategia, entender las reglas, inventar escenarios y personajes, poner a prueba las leyes físicas del mundo,…
- Competencias motrices : correr, saltar, trepar, retar, ir a cuatro patas, llevar a alguien a hombros, jugar a pelota, hacer equilibrios, dejarse deslizarse, bailar,…
Desde este punto de vista el juego desempeña un papel relevante en el aprendizaje de la autonomía y de los valores y hábitos cívicos de convivencia.
5. El juego es emoción y diversión
Una de las grandes maravillas del juego es que cuando el niño o la niña adulta juega, está disfrutando y tiene muchas ganas de continuar haciendo esta actividad. Aunque suponga un esfuerzo, es un esfuerzo placentero.
Esfuerzo, motivación, concentración y emoción son aspectos fundamentales desde un punto de vista educativo.
6. El juego libre es fundamental para el desarrollo de los niños
En el patio de la escuela el juego libre es el predominante . Por eso es necesario que sea un espacio seguro, diverso y estimulante para la creatividad.
El juego libre y espontáneo es esencial para el buen desarrollo de los niños y niñas , y es especialmente importante en la etapa de los 0 a los 6 años . A través del juego libre los niños y niñas descubren el mundo que les rodea y las capacidades y límites de su propio cuerpo y su entorno.
Cuando los niños y niñas juegan libremente prestan atención plena a lo que hacen, se concentran como con ninguna otra actividad, se dejan llevar por el juego y les es difícil salir de este estado de concentración. Deberíamos garantizar el máximo de momentos diarios de juego libre, ya que les aporta grandes aprendizajes.

7. El patio de la escuela es el espacio exterior de juego por excelencia
El patio es uno de los pocos espacios escolares, sino el único, pensado exclusivamente para el juego y el recreo de los niños y, al mismo tiempo, es espacio educativo . Un espacio por explorar con gran potencial educativo donde podemos estimular y favorecer los aprendizajes.
Al aire libre los niños y niñas mejoran sus habilidades físicas y desarrollan sus potencialidades. La salud física y psicológica se ve beneficiada gracias al movimiento, el contacto con el aire y el sol , y si el patio está naturalizado y existen plantas y árboles, todavía se obtienen más beneficios para la salud y el buen desarrollo. Los niños nunca han tenido tan poco tiempo para jugar al aire libre como hoy en día. Varios estudios demuestran que el tiempo del que disponen los niños para jugar en el exterior ha caído un 71% en sólo una generación y que muchos niños pasan un 90% de su vida en espacios cerrados.
Por otra parte, existe la creencia de que en el patio es mejor no intervenir para favorecer la espontaneidad y autonomía de los niños, pero la realidad nos dice que, cuando se llevan a cabo intervenciones en este espacio desde el respeto, las actividades se diversifican, disminuye la conflictividad y se enriquece el repertorio lúdico.
Debemos dejar de pensar en el espacio del patio como un espacio en el que los niños van a “abrocharse” y vuelven al aula donde están los aprendizajes. Cuando el patio forma parte del proyecto educativo del centro , empezamos a ver este espacio como un aliado en el aprendizaje a cualquier edad.
8. Favorecer el juego coeducativo en el patio
El patio puede ser un espacio inclusivo o un espacio en el que se acentúan las desigualdades. A menudo nos encontramos con que en el patio gobierna la ley del más fuerte… los mayores y habitualmente los chicos ocupan el espacio central , que en la gran mayoría de los casos es la pista, y el resto, generalmente las chicas, se ubica en los márgenes. Se establecen jerarquías de poder (no sólo relacionadas con el género sino también con las diferencias de edad, capacidades, etc), que no deberíamos banalizar y aceptar como normales .
Entender el patio como un espacio coeducativo, en el que todos los niños tienen las mismas oportunidades de juego, supone intervenir para identificar las desigualdades y poner los medios para corregirlas.
Aquí tienes algunos artículos relacionados con la coeducación:
- Propuesta educativa Encoratja’t para la igualdad de género y la violencia cero
- Recopilación de actividades por la igualdad de género en la escuela y el esplai
- Webinar: igualdad de género y coeducación en el ámbito educativo
- Curso: coeducante en el patio de la escuela
- Hablamos de coeducación con Núria Solsona
- 15 juegos de mesa para la igualdad de género
- Guía de cuentos y novelas para la igualdad de género y la violencia cero
9. En el patio predomina el juego colectivo
Los patios son espacios de juego colectivo, favorecen la relación entre iguales y también entre niños de distintas edades. Por tanto, el patio permite trasladar al alumnado la idea de espacio comunitario. Un espacio común que no es de nadie, pero que es de todos. Este hecho puede ayudar a poner en marcha procesos de corresponsabilización y participación que de rebote refuerzan el sentimiento de pertenencia con el centro.
A través del juego colectivo se favorecen competencias sociales , comunicativas y emocionales . Es esencial garantizar que los niños y adolescentes tengan estos espacios de juego en los que crece la cohesión de grupo y las relaciones interpersonales.
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