La educación es la herramienta más poderosa que tenemos, y los agentes educativos nos convertimos en herramientas muy importantes para educar en la igualdad, erradicando conductas violentas hacia las mujeres, reduciendo conductas de riesgo y evitando posibles relaciones abusivas.
Todas estas acciones se pueden llevar a cabo a partir del modelo de coeducación como referencia, el cual podríamos definir como: «La coeducación es, sobre todo, un cambio cultural que elimina el androcentrismo y construye una cultura en la que las tareas atribuidas a ambos géneros tienen el mismo valor, al tiempo que desaparece la imposición de los géneros en función de los sexos», según Núria Solsona, experta en coeducación.
Sacar adelante un proyecto centrado en la coeducación no es sencillo, y es que se necesitan ciertos factores que faciliten esta tarea, entre ellos la superación de los estereotipos de género así como una valoración de lo que se ha considerado la identidad masculina y la femenina históricamente dentro de nuestra sociedad. Si la coeducación es real, nos permitirá trabajar aspectos tan importantes como la prevención de la violencia machista o la LGTBIfobia .
¿Te animas a salir adelante con un proyecto de coeducación en tu centro educativo?
BUENAS PRÁCTICAS PARA LA COEDUCACIÓN
Aquí te damos algunas pistas para realizar una buena acción coeducativa. Se deben tener ciertos elementos en cuenta, y en este artículo queremos presentarte 7 buenas prácticas para iniciar un proyecto de coeducación en un centro educativo, siempre teniendo presente que debemos poner al niño o niña en el centro de nuestra acción educativa. Es esencial escuchar a los niños/as, ponerse en su sitio, entender los roles de género que les ha transmitido su familia,… saber cómo están, cómo se sienten en el momento de las actividades. Mostrar comprensión y soporte cuando lo necesiten, desde la empatía y la paciencia. Los propios niños, niñas y jóvenes que se han impregnado de prácticas coeducativas pueden convertirse en referentes y agentes activos para la igualdad de género.
1. EDUCAR EN LA CULTURA DE PAZ
Educar en la cultura de paz es clave para una buena coeducación, queremos la violencia cero. La paz cotidiana como auténtica semilla de la convivencia. Creamos espacios de diálogo en la escuela y en el esplai, donde haya tolerancia cero hacia acciones violentas y de abuso, dotando de atractivo a las conductas positivas…
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¿Qué podemos hacer para conseguirlo?
- Crear espacios de diálogo en la escuela y en el grupo del esplai.
- Ser contundentes frente a cualquier manifestación o expresión de violencia y trabajar el consentimiento. «No es no». Sólo «sí es sí».
- Conseguir que la idea de cobardía se asocie a la figura del agresor/ay no a la víctima. Dotar de atractivo a las conductas positivas.
- Incorporar la herramienta de “ La colla alentada ” como medio de prevención de la violencia.
2. EMPEZAR LO MÁS PRONTO MEJOR
La identidad de los niños, niñas y la adquisición de los roles de género, según las expertas Núria Solsona y Marina Subirats, se van formando desde el embarazo y la pequeña infancia. Por tanto, es importante que velemos para la coeducación desde la familia, la «escola bressol» y las etapas de infantil , porque los primeros años de vida son cruciales para la determinación de la identidad de género. En etapas posteriores, como Primaria y Secundaria, debemos seguir trabajando por el desarrollo del pensamiento crítico, y favorecer las conductas de respeto, la empatía y cooperación…
3. PRACTICAR CON EL EJEMPLO
Como agentes educativos somos su referente, así que es importante que este referente sea coherente con la coeducación. Es importante que como adultos/as pongamos atención en nuestras acciones, lenguaje o comportamiento para ver si se basan en la igualdad y no van ligados a los prejuicios o estereotipos que impregnan nuestra sociedad y nuestro subconsciente. Esto implica una revisión permanente de nuestros hábitos, comportamientos y creencias para tomar conciencia de los privilegios o limitaciones que hemos aprendido por haber nacido hombre o mujer y la forma en que, inconscientemente, lo transmitimos a los niños y niñas
La violencia y la persistencia de los estereotipos de género afecta a las mujeres pero también a la identidad de género masculino, así como a la aceptación de las distintas opciones afectivas y sexuales.
¿Qué podemos hacer para conseguirlo?
- Tener en cuenta que cada persona es única y singular, sin presuponer la heterosexualidad como punto de partida.
- Evitar el lenguaje sexista tanto escrito como oral.
- Utilizar un lenguaje inclusivo cuando nos dirigimos a los niños y niñas o familias.
- Cuestionar los estereotipos de género y situarlos en su contexto histórico.
- Mostrar y reforzar modelos basados en las masculinidades alternativas al modelo hegemónico de la masculinidad tradicional.
- Abordar el tema de la diversidad afectiva y sexual de forma natural y cotidiana.
- Ser contundente ante cualquier comentario discriminatorio, machista u homófobo.
4. POTENCIAR LA AMISTAD Y LA CONVIVENCIA
El respeto, cuidado y empatía son esenciales para una buena convivencia en paz. Aprender a cuidar de uno mismo y aprender a cuidar a otra persona, es esencial para favorecer relaciones positivas de respeto entre chicos y chicas. Tienen que aprender a relacionarse dando valor al cuidado y la empatía… y muchos niños y niñas, particularmente los chicos, reciben muchos estímulos positivos hacia la iniciación a la competitividad y la violencia.
Debemos trabajar para que los niños y niñas valoren positivamente, desde la pequeña infancia, las conductas basadas en el respeto, el cuidado, el altruismo, la cooperación…. a pesar de las conductas violentas y competitivas.
¿Qué podemos hacer para conseguirlo?
- Potenciar el autoconocimiento para reforzar la autoestima y la seguridad, pilares de buen desarrollo emocional.
- Trabajar el respeto y la empatía como actitudes indispensables para aprender a convivir.
- Realizar actividades encaminadas a estimular la convivencia positiva, que potencien las relaciones interpersonales, la cohesión de grupo y la expresión de cariño y sentimientos.
5. Analizar los juguetes, los juegos, cuentos y deportes
Es importante que el proyecto coeducativo se implemente en todas las actividades del centro, no sólo en algunas en concreto, ya que debe ser desde todas las vertientes que debe tener efecto. Desde pequeños y pequeñas se nos socializa a partir del patrón tradicional en el que el hombre se ha concebido socialmente como ser de espacios abiertos y movimiento mientras la mujer se le ha asociado a los espacios de interior y de juegos tranquilos. Esto tiene implicaciones en el desarrollo de nuestras capacidades e intereses.
¿Qué podemos hacer para conseguirlo?
- Favorecer que todos los niños y niñas tengan la oportunidad de ocupar en algún momento los espacios de juego y de relación considerados más valiosos y eliminar las jerarquías en el uso de estos espacios. Revisar los espacios comunes y cómo se utilizan.
- Conseguir que todos los juegos y actividades, sean calmados como de movimiento, se valoren positivamente por todo el grupo.
- Ofrecer gran diversidad de juguetes y materiales de juego y exploración buscando siempre huir de los estereotipos.
- Incrementar los juegos cooperativos y juegos con referentes femeninos o que favorezcan la igualdad de género.
- Trasladar a los espacios abiertos algunas actividades de interior (lectura, juegos de mesa, manualidades,…).
- Revisar los cuentos que explicamos a los niños y niñas y buscar cuentos por la igualdad de género
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6. AMPLIAR LOS MODELOS DE REFERENCIA
Es importante que en todos los materiales y actividades ampliamos el abanico de referentes existentes. Es necesario pues incluir materiales y actividades que pongan el foco en las nuevas masculinidades, en referentes femeninos, en identidades diversas … de tal modo que los niños, niñas y jóvenes tengan referentes donde reflejarse. Esto implica repensar a los referentes de todas las vertientes como podrían ser científicas, culturales o deportivas.
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Series y dibujos animados que con referentes femeninos, por ejemplo, » Superheroínas del deporte » del SX3.
7. Dar alternativas a los cuentos y canciones tradicionales
En los cuentos y canciones infantiles y juveniles hay sexismo. Los cuentos tradicionales son un buen ejemplo de ello. El sexismo se transmite a través de la temática, de las ilustraciones, los personajes, los roles que asumen los personajes, el lenguaje…
¿Qué podemos hacer para conseguirlo?
- Descodificar los estereotipos de género a partir del análisis de cuentos tradicionales, reflexionando sobre los roles de cada personaje.
- Renovar la biblioteca del centro facilitando cuentos no sexistas ni violentos.
- Ampliar la colección de libros con literatura que incorpore a personajes femeninos relevantes de la historia de la humanidad.
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